En el trabajo, en el amor, en la salud, y en distintos niveles de la vida, en ciertos momentos nos vemos invadidos de problemas.
De un momento para el otro todo parace tornarse negativo y sentimos que el mundo se nos pone en contra, lo que de esta manera influye altamente en nosotros y no sabemos como reaccionar.
Uno de los motivos posibles es el ambiente en el cual uno se encuentra, que puede estar plagado de energías negativas, ya sea por las influencia de las vibraciones negativas de las personas con las cuales nos relacionamos, por la "envidia" que algunos pueden llegar a sentir por nosotros, o por un trabajo realizado en contra de nosotros.
En esta oportunidad te brindamos una sencilla fórmula que nos permite limpiar nuestro ambiente de toda mala vibración y conflictos y con ello poder estar en armonía con nosotros mismos.
Necesitamos los siguientes elementos, los cuales los podemos adquirir en una santeria o herboristeria.
-Carbones vegetales
-Incienso (1 cucharadita)
-Mirra (1 cucharadita)
-Benjui (1 cucharadita)
-Ruda (1 cucharadita)
-Cáscara de 1 cebolla
-Cáscara de 3 dientes de ajo
-Hierbabuena (1 cucharadita)
-Cedrón (1 cucharadita)
-Romero (1 cucharadita)
-Lavanda (1 cucharadita)
-Laurel (3 hojas)
Debemos encender los carboncitos en un quemador e ir agregando de a uno todos los elementos cuidadosamente. De inmediatos nos pasearemos con este preparado que se estará quemando y despidiendo humo, por cada uno de los rincones del lugar a sanar.
Al poco tiempo ya comenzaremos a sentir los efectos del ritual.
Hoy habia 1 visitantes (2 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!
Debe quedarse este link aquí? Entonces inscríbete aquí: => Inscripción
Tengo ronca el alma de quererte
en esta soledad llena que me ahoga;
tengo los ojos llenos de luz de imaginarte
y tengo los ojos ciegos de no verte;
tengo mi cuerpo abandonado al abandono
y tengo mi cuerpo tiritando de no poder tocarte;
tengo la voz tosca de hablar con tanta gente
y tengo la voz preciosa de cantarte;
tengo las manos agrietadas de la escarcha
y tengo las manos suaves de en el cielo acariciarte;
tengo soledad, luz, alegría, tristeza,
rebeldías, amor, sonrisas y lágrimas...
Y también te tengo a ti, preciosa,
caminando por las venas con mi sangre.
